Otros dos natrecitos...

Después de la Pacita, viene Raimundo, el Mumo. Este enano es el natre por esencia. Nació para natrear y ha desarrollado el talento a lo largo de sus 9 años (recién cumplidos). Es super cariñoso, con todos: papás, amigos, tíos, abuelos, etc. De hecho, una cosa que me impresionó el año pasado para su cumpleaños fue que, después que habían llegado todos sus compañeros, se sentaron todos y empezaron a abrir los regalos. Ustedes saben cómo los niños son con los regalos: si no les gustan no pueden disimularlo. Bueno, al diferencia que tiene el Mumo era que cada vez que abrían un regalo él se mostraba súper contento y se paraba y le daba un abrazo a su amigo. ¡Un abrazo!. Eso entre niños no es tan común, y más encima que le tocaron muchos regalos repetidos, y no le importó, igual siempre fue y le agradeció cariñosamente a su amigo. Me recuerda mucho a mi hermano, es el mismo tipo de personalidad.
El Mumo es el más bajo de su curso, pero también el más querido. En ese mismo cumpleaños, mientras jugábamos a la pelota, los compañeros del Mumo me conversaban y me decían: "el Mumo es mi mejor amigo", "el Mumo es seco para la pelota", "el Mumo siempre me convida dulces", etc, etc.
Realmente, notable.
Ah! se me olvidaba, por motivos que no voy a publicar, el Mumo es mi "ahijado putativo"



Pero la chochera máxima viene con Agustín, el último, también conocido como Piti.
Piti es lo más rico que hay en cabros chicos. Regalón a morir, divertido, achorado. Sus hermanos lo adoran y, en su particular forma, se lo demuestran a cada rato. Tanto así que la primera palabra de Piti no fue "papá", "mamá" ni nada por el estilo, fue "¡AYUDA!". Sus hermanos lo torturaban entre los 3, pero de puro cariño no más.
Además cuando recién nació era igual a mi papá. Mi cuñada se espantaba porque según ella era como darle papa a su suegro.
Hasta los amigos de sus hermanos lo regalonean.
Igual tiene su carácter el cabrito éste. Si lo pillan atravesado el único que le puede quitar la maña es su papá, y si no está, olvídate de cambiarle el ánimo.

Y esos son los hijos de mi hermano. Los veo a cada rato, porque paso en la casa de ellos, aunque vivan en Chicureo....


Nótese lo "crespos" que somos todos en la familia...

Puede que Juan Diego lea el blog, así que "Pelaito, ¿ves que tu padrino se acuerda de ti?"