Mylodon

El otro día fui con mi hermanita a almorzar en Bellavista. Como ella es una conocedora y siempre tiene la última chupá del mate, le pedí que eligiera ella a qué lugar íbamos. Asi llegamos al Mylodon. en Dardignac 0143.
El restaurant, de entrada, tiene una onda muy especial, onda Patagonia Adventure. Todos los detalles han sido estudiados, desde los cubiertos hasta el plato de madera en que te traen el pan amasado, de ése tan caliente que cuando lo partes sale humito.
El Mylodon te invita a relajarte. Apenas te sientas, te ofrecen una copa de agua. Pero ninguna posibilidad que te sirvan agua asi como así. No. No sería el Mylodon. El agua viene con unas hojitas de apio y rodajas de limón, las que obviamente no caen a tu copa pero si le dan una frescura especial.
Como buen pobre, pedimos el menú del día. Una maravilla. Déjenme describírselos.
De entrada, torta de panqueques. Fresca. Heladita. Para un día de calor como era aquél fue un agrado empezar así.
Luego, de plato de fondo, lomo con mil hojas de papa y cebolla acaramelada sobre miel. Soberbio. Pese a que no soy muy asiduo a la cebolla, ésta estaba exquisita.
De postre, para no desteñir, plátanos salteados con azucar rubia y helado de manjar.
Un rico café y listo. Todo por la módica suma de $3.990.

Realmente es un restaurant la que vale la pena ir. Es muy relajante. Incluso si se meten a su página se darán que todo está hecho para crear un ambiente ideal. Hasta los ruidos de la página son tranquilizadores.

Felicitaciones al chef Gonzalo Doxandabarat, que pese (o gracias) a su corta edad, nos regala los más exquisitos platos.

Salud!